Neurocirugía
Compartimos el caso de la paciente que gracias al rápido accionar de nuestro staff pudo ser tratada a tiempo.
La familia tuvo conciencia de los síntomas del ataque cerebrovascular y actuó de inmediato. A la vez, la institución que la asistió realizó el tratamiento en una hora.
Danae Prieto*
“Mi hija se había agarrado la cabeza y como sufre de migrañas como yo, de inmediato le pregunté si se sentía mal. Tenía inmóvil la parte derecha de la cara y me di cuenta de que era un ACV”, narró la mamá de una joven de 17 años, durante la séptima conferencia que se desarrolló en el marco de la celebración de los 25 años del Sanatorio del Salvador.
El tema del encuentro virtual sirvió para remarcar una vez más, que “el tiempo es cerebro” y que ante la inminencia del 29 de octubre, Día Mundial del Ataque Cerebrovascular (ACV), es necesario informar y crear conciencia sobre este problema que puede perjudicar significativamente la calidad de vida y que pone en riesgo de muerte si no se detecta y trata en el término de minutos.
Durante el webinar, desde el Servicio de Neurocirugía del Sanatorio del Salvador presentamos el caso de Morena, de 17 años. Hace poco tiempo, la joven llegó con sus familiares a la institución. Fue un domingo a las 18:30. Tenía cefalea en la parte posterior de la cabeza, debilidad en el cuerpo y, como dato a tener en cuenta, había comenzado a tomar anticonceptivos un mes antes.
Se le realizaron los estudios correspondientes y supimos que tenía un ACV isquémico hiperagudo y que teníamos una ventana de tiempo muy corta para resolver la situación. Es decir, un coágulo (trombo) tapaba una arteria de su cerebro y los indicadores del escaso flujo sanguíneo eran graves. De inmediato comenzamos con el tratamiento endovenoso de trombolisis para diluir el coágulo.
Sin embargo, observamos que el resultado no había sido satisfactorio y la trasladamos al sector de Hemodinamia donde le realizamos una trombectomia mecánica. El procedimiento consiste en una intervención mínimamente invasiva, donde ingresamos al cerebro con catéteres endovasculares y otros dispositivos para extraer o fragmentar el trombo. Se realizó la trombectomía con stent y la arteria se abrió a la perfección. Quedó una leve secuela en el habla, por la que la paciente está en tratamiento de rehabilitación.
Desde la entrada a la institución hasta que comenzó el tratamiento, nos llevó una hora y estamos haciendo todo lo posible por resolver estos ACV agudos en menos tiempo.
Durante la conferencia, contamos con el testimonio de la paciente y de su madre.
Morena dijo que estaba grabando un video para las redes sociales con su hermana en el living de la casa y que de pronto se tomó la cabeza y que la mamá le preguntó si estaba bien. “No recuerdo más”, agregó.
A su turno, la madre contó que, como sospechaba de un ACV, le pidió que le dijera su nombre y no pudo hablar. “La subimos al auto –recuerda-, en 20 minutos habremos llegado al Sanatorio del Salvador, ella arribó sin poder moverse, no hablaba, su cuerpo no respondía y en la guardia la empezaron a atender”.
“Así entramos un domingo y el jueves salí con mi hija caminando como si no le hubiera pasado nada”, concluyó.
Este final fue posible porque la familia conoce sobre los síntomas que pueden indicar una ACV y comenzaron a actuar desde la casa. También es indispensable entender que se trata de una emergencia, que el tiempo es cerebro y que hay que actuar de inmediato.
*Médica especialista en neurocirugía y neurointervencionismo endovascular. Jefa del Servicio de Neurocirugía del Sanatorio del Salvador
Fuente La Voz. Para ver la nota ingresa AQUI