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IMPLANTE DE VÁLVULA AÓRTICA, LA REVOLUCIÓN EN CARDIOLOGÍA INTERVENCIONISTA

César Moris fue el especialista convocado por el Sanatorio del Salvador para exponer sobre el método, y sostuvo que existe evidencia de que el tratamiento percutáneo es igual e incluso superior al tratamiento quirúrgico.

En el marco de los 25 webinars que lleva a cabo el Sanatorio del Salvador para conmemorar su cuarto de siglo en el campo de la medicina, el Dr. César Moris (España) fue invitado por el Servicio de Cardiología Intervencionista sobre el pasado, presente y futuro del TAVI (por sus siglas en inglés), una técnica que ha cambiado el tratamiento de la estenosis aórtica y que consiste en el implante de la válvula mediante una intervención mínimamente invasiva.

Para el especialista, la importancia de este tratamiento radica en que con el aumento de la expectativa de vida, cada vez habrá más pacientes con estrechez aórtica severa sintomática y la válvula, en muchos casos, es el tratamiento más adecuado.

El español recuerda que escuchó hablar de esta técnica por primera vez en 2004 y, luego de mucho estudio, logró junto a un numeroso equipo, realizar su primer implante en diciembre de 2007. De aquella intervención recordó que el dispositivo no era recuperable y había que “hacerlo bien a la primera”. Hoy han avanzado y son aún más seguros. El Dr. Marcos de la Vega, uno de los coordinadores del Servicio de Cardiología Intervencionista del Sanatorio del Salvador, apuntó que en la institución se realiza esta intervención desde 2015 y es el centro que más implantes ha realizado en Córdoba.

Moris, catedrático de cardiología, recordó que a comienzos de la década pasada, ya se reconocía al TAVI como uno de los mayores pasos de la medicina cardiovascular. “No fue un dispositivo más, fue un cambio radical en el tratamiento de la estenosis aórtica que hasta ese momento solo se podía hacer por cirugía”.

Lo que se debe tener en cuenta para elegir el mejor tratamiento es la edad, la expectativa de vida, el acceso femoral y la voluntad del paciente. En la actualidad, las recomendaciones son que en menores de 65 años que tienen una expectativa de vida de 20 años, se realice una cirugía. Para pacientes sintomáticos entre 65 y 80, se puede realizar cirugía o TAVI vía transfemoral y a partir de los 80 años, los pacientes deben ser tratados con TAVI, salvo casos puntuales.

Siguientes desafíos

Uno de los puntos nodales es determinar el tiempo que puede funcionar correctamente una válvula. “En personas que tienen una expectativa de vida de quince o veinte años, la válvula va a degenerar. Todas las prótesis biológicas lo harán. El problema es cuándo”, aseguró el español. Según la evidencia, al cabo de diez años, el cinco por ciento de las válvulas se degeneran, un número “bajísimo”, para el experto. “El tiempo no confirma el gran miedo de la degeneración precoz de la válvula transcatéter”, aseguró.

Uno de los problemas que preocupan a la cardiología intervencionista es el reacceso a la coronaria en pacientes que tienen una válvula transcatéter. Para Moris, esta es una de las problemáticas más urgentes teniendo en cuenta el aumento de la expectativa de vida y el uso de las válvulas en pacientes cada vez más jóvenes.

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